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La Ruta del Emprendedor: De emprendedor a empresario.
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El emprendedor suele estar inmerso en su propia realidad, dominando su área de especialidad. Cuando lo acompañamos en este viaje, comienza a redescubrir su misión, expresa sus valores, se proyecta, reconoce su ecosistema, descubre su  verdadero propósito, pero esta vez, con un método y herramientas para lograrlo. 

Es decir, va transformando su forma de pensar y actuar, desde la individualidad como emprendedor, a hacerse cargo de una responsabilidad más consciente y desafiante.

Este proceso que se puede representar como un viaje o ruta de aprendizaje, sin duda puede ser distinto para cada emprendedor, según sus perfiles, tiempo que lleva el negocio, industria en la que se encuentra, entre muchas otras variables.

Sin embargo, experimentando el proceso de acompañamiento, he podido observar ciertos hitos, que van generando una transformación gradual, sin retorno, hacia estas capacidades empresariales.

-Los Valores y el Propósito

Tempranamente, los emprendedores pueden vivir esta etapa más desde la tarea que del convencimiento. Sin embargo, el hecho de reflexionar Para qué existe su negocio y explorar su nivel de Ambición, genera igualmente un impacto en su propia inspiración, dándose más cuenta del valor de lo que emprendieron.

En mi opinión,  esta etapa es clave, tanto para posicionar el negocio y su proyección, como para mostrar la red de protección moral, desde dónde lo seguirá abordando, especialmente donde se apoyará en los momentos más difíciles.

-El Ecosistema

Cuando comenzamos a posicionar el negocio en la interacción con todos sus actores claves o stakeholders. En este momento, experimenta una visión integral, revisando a quiénes tenía invisibilizados, a cuáles menos valorados y que con todos existen oportunidades de mejora en la relación.

EL emprendedor empieza a salir de la caja…

-Los Clientes

Diría que en el proceso de transición los clientes reaparecen, pasando a tener un mayor nivel de consciencia de quiénes los conforman, cómo ha sido la relación y qué oportunidades y desafíos comienza a tener de cara al nuevo futuro. 

Se produce una revalorización de ellos, pero también un ordenamiento, aprender a segmentar y darse cuenta que al hacer un zoom en ellos, comienza a aparecer información útil, muchas veces desaprovechada.

-El Modelo de Negocios

El emprendedor comienza a explicar su negocio desde otra mirada, como un sistema, y cómo al mover una pieza se impactan o puede impactar en las demás.

No solo comienza a cambiar su lenguaje, sino los conceptos, empieza a tener una mirada más estratégica e integral y a mirar su negocio como algo más complejo, pero con mayores posibilidades.

Se clarifica, ordena e imagina. Aparecen iniciativas, se abre su mundo, empieza a tejer sus redes más planificadamente.

El Contacto exterior que en nuestro caso, le permite el acompañamiento de Netmentora, le abre las puertas para aprender de otros, de sus pares, generar alianzas, pone a prueba sus capacidades, lo que en adelante, representará otro paradigma en la forma de hacer empresa.

-Los valiosos números

Como sabemos, una buena parte de los emprendedores requiere más apoyo en esta área y se presenta un cierto temor quizás, de abordarlo. Es el momento de la “verdad”.

 Sin duda alguna, esto esclarece, aterriza, concreta deseos, sueños y objetivos. 

Se genera el real conocimiento de su negocio, sus potencialidades y  posibilidades de acción.

Especialmente, se instala la evaluación y gestión de riesgos controlados.

-El crecimiento

Un hito crucial en este viaje. Momento de decidir.

Como pasar de la adolescencia a la adultez. Surgen para los emprendedores una serie de cuestionamientos necesarios: ¿Nos quedamos o avanzamos?, ¿seremos capaces? ¿queremos?, ¿a qué costo, más allá de los costos financieros, el tiempo a invertir, la familia, las propias vidas, etc.?

La decisión finalmente llega, no con todas las certezas que se desean, sin embargo los sueños, la pasión, el sentido, y el desafío, el camino ya andado, la inversión ya hecha, el tiempo transcurrido, se constituyen en un apoyo y plataforma para la transición a una escala mayor.

¿Se provoca o surge espontáneamente?, aquí se encuentra  uno de los valores claves del proceso de acompañamiento. De una u otra manera, lo cual dependerá del estilo del emprendedor, esta etapa requiere ayudarle a visibilizar los futuros posibles escenarios, pero además contención, empuje y coraje.

 Creo que todos sabemos que es una apuesta, más o menos resguardada, pero llena de incertidumbre. 

Conclusión

Si bien cada emprendedor tiene su ritmo, pues necesita comprender y aceptar como válido lo que está descubriendo, una vez atravesadas estas etapas en la ruta, se requerirá la capacidad de internalizar, ampliar  y sostener lo aprendido.

De cara al futuro, creo que el mayor desafío que representa el llegar al final de este viaje, es cómo mantengo las características propias de un emprendedor, como son la creatividad y flexibilidad, sosteniendo a la vez la estructura, es decir orden, sistematización de una empresa y gestión controlada de los riesgos.

El viaje vale la pena!!!