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de Líderes
Empresariales
Somos la red de mentores con la mayor trayectoria a nivel global
Tomás Gómez, director de Innovación de Extend.
Cuesta imaginar una industria que no se vea impactada por la irrupción de la
Inteligencia Artificial, siendo la comunicación corporativa la expertise desde donde a
nosotros nos toca enfrentar el desafío. Estamos ante un fenómeno que nos obliga a
revelar la esencia de nuestra capacidad para generar valor.
El valor es una percepción humana, y desde la comunicación estratégica hemos
visto un desafío enorme en cómo generar estrategias capaces de recoger las distintas
emociones que la Inteligencia Artificial genera para enfrentar procesos virtuosos de
cambio. La comunicación estratégica es un aliado para la utilización de estas
herramientas, pero a su vez es una gran beneficiada de su existencia.
Al abordar la IA Generativa como herramienta para la comunicación estratégica,
un primer punto importante es cuán rápido podemos hacer las mismas tareas de antes,
y un segundo es qué podemos lograr que antes no podíamos. Así, en la comunicación
estratégica, la IA ha resultado ser un valioso aporte a la investigación reputacional, la
elaboración de estrategias, la generación de ideas y el diseño y creación de entregables
comunicacionales.
El aporte en el proceso se debe particularmente a que nos permite acelerar
algunos análisis y eliminar la “hoja en blanco”. Sin importar cuál sea la tarea, podemos
partir reflexionando junto a una herramienta que, muchas veces, nos aclara qué no
queremos. Esta es la clave para aspirar a que la IA contribuya a la creación de un
resultado diferente.
La búsqueda de un resultado diferente, más completo, más creativo, más
customizado, más tuyo, requiere alejarse del conflicto humano versus máquina y
ponerse en un rol colaborativo. Por ejemplo, si al crear una estrategia de comunicación
utilizamos IA para analizar algo tan humano como la empatía, enriquecemos nuestra
perspectiva con las capacidades de los distintos modelos de interpretar esta capacidad
cognitiva-emocional humana, perfeccionando los resultados. La IA puede analizar
patrones y crear contenidos, pero no puede vivir la emoción.
Mirando hacia el futuro es tentador dejarse llevar por narrativas distópicas o
utópicas sobre el impacto de la IA en el mundo. Pero lo cierto es que el futuro
dependerá en gran medida del papel que juegue la comunicación estratégica, que nos
permita avanzar en una dirección que apunte a una sociedad más sostenible, con
decisiones que recojan los desafíos éticos, regulaciones capaces de proteger nuestros
derechos, y entornos que favorezcan nuestra interdependencia.
En este contexto, Chile, con su talento en desarrollo tecnológico y su liderazgo
en materias regulatorias y estándares corporativos, tiene la oportunidad de posicionarse
como un referente en este campo a nivel regional e incluso global.
Sí, la IA está redefiniendo las posibilidades de la comunicación estratégica, pero
la clave del éxito radica en una integración consciente y transformadora de estas
tecnologías, siempre poniendo a las personas en el centro de la estrategia. La IA no es
un fin en sí misma, sino una herramienta para mejorar la forma en que nos
comunicamos y nos relacionamos en un mundo cada vez más conectado.